Espero…

–Solo espero que algún día me extrañes y me pienses tanto como lo hago yo–


 

Es posible que pienses en mi, que me extrañes, que me quieras, que desees verme…pero no debe ser suficientemente fuerte para que todas estas ganas no rompan tu orgullo o aquello que sea que te impida estar conmigo.

Siempre seremos aquello unido por el destino, pero que tú intentas evadir.

Profundamente enamorada

Una se da cuenta de que está profundamente enamorada cuando no tiene la necesidad de ver a la otra persona solamente para llenarla de besos o hacerle el amor hasta el amanecer. Simplemente eres feliz con verla o con gestos tan pequeños como estar acostada en la cama junto a él, mirarlo a los ojos, que se nos escape una sonrisa de complicidad, acariciarle suavemente la cara y terminando con un suave beso. Y ese insignificante instante te hace sentirte la persona más feliz del mundo entero.

O simplemente otro gesto como ir por la calle paseando, que te diga alguna cosa para picarte y hacerte un poco rabiar, porque le encanta ver la cara que pones en ese momento, pero que enseguida te abrace por la espalda, te de un beso en la mejilla, mientras te rodea bien fuerte con sus brazos, y te diga «Es broma gorda, te quiero».

Gestos como estos pueden llenar mucho más que una noche loca de sexo, que no digo que también es necesario, pero cuando estás enamorado de verdad y no tienes a esa persona cerca, el mero hecho de tenerla a tu lado ya te hace sentir llena y te dibuja una sonrisa en la cara, que nadie puede borrartela, al menos en una semana.

Solo esa persona es capaz de dibujarte esa gran sonrisa y al mismo tiempo borrartela. Así de irónico es el mundo.

Y en estos momentos…tú te has encargado de borrarmela, una vez más.

MASOQUISMO AMOR

El masoquismo es… volverlo a intentar una y otra vez con aquella persona que te ha hecho pasar tantos días y noches llorando sin parar, pero que al mismo tiempo es la que te ha hecho sentir la persona más feliz del mundo. Solo hablar con ella un rato, hace que todo el día estés contento.

Tener miles de altos y bajos, sobre todo de estos últimos, volver a estar unos días bien, de risas, intentando que te diga que sigue queriéndote, que quiere verte, que te extraña, en definitiva, que deje su orgullo a un lado, para que al final vuelva a desaparecer como tantas veces lo ha hecho.

Cómo poder pensar que esta vez iba a ser diferente, que esta vez no iba a huir, pero así es, una vez más cuando mejor estáis, ella desaparece, sin dar explicaciones, sin volver a contestar ninguno de tus mensajes, y tú te quedas destrozada sin entender por qué volvió a pasar esto. Tonta de ti, vuelves a preguntarte si hiciste algo mal, cuando la culpa es suya, y solamente suya, de su miedo, su cobardía, su orgullo, su bipolaridad, su poca madurez, su horrible forma de querer. Y mientras tanto, tonta de ti que no abres los ojos, intentas hacerte creer que esta será la última, que no vas a volver a caer, pero en el fondo sabes que no será así. Vuelves a llorar, y en vez de empezar a odiarlo un poquito, lo que haces es recordar cada momento feliz junto a él.

Cómo os conocisteis, aquel encuentro en la parada del metro, aquel paseo por el centro comercial, aquel reencuentro después de tanto tiempo sin veros, aquellos besos, aquellos abrazos, aquellas caricias, su risa, su cuerpo desnudo, su forma de hacerte el amor, sus palabras bonitas, sus «te quiero», su forma de hacerte rabiar…y recordando todo esto, sin querer, se te escapa una tímida sonrisa, mientras por tu mejilla empieza a caer una lágrima de tristeza y dolor.

Así una y otra vez, sin aprender, porqué sabes que la única persona que te puede recomponer, es la misma que te ha desecho en pedacitos. Porque un buen día con él, vale más que mil malos.

 

Y esto, es a lo que yo le llamo «MASOQUISMO» con todas sus letras.

 

NUNCA APRENDERÉ…

Caos mental

Cada vez más perdida, cada vez con más caos mental, así me encuentro.

Ahora vuelves a hablarme todos los días, no hay día que pase en el que no reciba un mensaje tuyo, pero por desgracia no son mensajes como los de antes. Mensajes en los que me demostrabas cuánto te gustaba, cuánto me echabas de menos y cuántas ganas tenías de verme. No, ahora son mensajes sin más, conversaciones tontas, con las que podrías tener con cualquier otra persona, pero la cosa es que me hablas a mi. Aquella persona de la que se suponía que pasabas y que cada vez estabas más harto de ella.

Hay días en que las conversaciones son así sin más, sin sentido, pero yo me conformo con poder hablar contigo, al menos me consuela pensar que eso es que te acuerdas de mi.

Hay otros días que hacen que mi caos mental aumente. Son esos días en los que me dices que estabas pensando en mi, que estabas recordando aquellos días que pasamos juntos. ¿Por qué me dices eso? ¿Qué quieres conseguir con ello? Porque si quisieras volverlo a intentar dirías algo más, pero no, ahí terminan tus palabras…

También está el día en el que estas a pocos kilómetros de mi y me dices que estás pensando en venirme a buscar y que si estuviera en ese momento allí me irías a buscar y me cogerías por la cintura… y mi respuesta a todo ello siempre es ¿por qué me dices todo esto si luego no quieres verme?

Últimamente hemos tenido varias posibilidades de vernos, pero siempre te has negado.

Hay veces que se te escapan las ganas que tienes de verme, pero luego el miedo, el orgullo o lo que sea que te pase te impide ir más allá.

La verdad que no te entiendo, cada día menos. Se supone que no quieres nada conmigo, pero me escribes todos los días, me recuerdas momentos que pasamos juntos y me hablas de cómo sería nuestro reencuentro.

Tengo un gran caos mental, eres mi caos mental. Si alguien entiende algo de todo esto que me lo diga, porque yo no.

No me rindo

Voy a ir a buscarte.

Si la semana que viene sigues donde estás ahora, te juro que voy a armarme de valor y voy a ir a buscarte. Iré a encontrarme con tu mirada, para que tus ojos me hablen, para que ellos me digan la verdad, porque de tus palabras ya no me fío. Cada vez me dicen una cosa diferente. Quiero encontrarme con tus ojos y que ellos sean los que me hablen, porque ellos sí serán sinceros conmigo. Ellos me dirán si sigo en tu corazón, si sigues pensando en mí, si queda aunque sea una pequeña esperanza para ganarle a la cabeza, si hay alguna forma de romper tu coraza. Ellos sí serán sinceros conmigo. Y es que hoy en tus palabras he podido volver a escuchar a tu mente y a tu corazón.

Después de tanto tiempo has vuelto a preocuparte por mí y por los míos, cosa que hacía mil que no hacías. Me has dicho que no has tenido nada con nadie en este tiempo. Me has hablado de que me hubieras «violado» (en el sentido bueno de la palabra) si hubiera ido a verte el día que estuviste en mi ciudad. Eso demuestra que me sigues teniendo ganas, que no es verdad que no se te movería ni un músculo al verme.

Hoy te he dicho de volverlo a intentar y tu primera respuesta ha sido «No puedo». Luego ya has intentado arreglarlo con un «No quiero». Pero me quedo con tu primera respuesta que es la que sale de tu corazón, aquella que me demuestra que sigue quedando algo en ti.

Espero que si nos volvemos a ver ese sea el mejor reencuentro que podamos tener nunca. Espero que los dos sintamos lo mismo en ese instante. Espero que tu corazón vaya a mil, que se te erice toda la piel, que tu cuerpo no pueda responder, que tu mente se quede en blanco, que solo puedas dibujar una gran sonrisa en tu boca.

Puede que me de la peor ostia de mi vida yendo a verte, pero nada será peor que quedarme con las ganas de no haberlo dado todo, de no haber luchado hasta el final.

Hoy me has dado fuerzas para no rendirme. Puede que hayan surgido de mi imaginación, pero si es así quiero verlo con mis propios ojos.

Voy a demostrarte que la distancia solo es un pequeño bache en este camino y que nuestro amor puede ser más fuerte.

Fuiste, eres y serás.

Siempre las mismas palabras

«Si viviera allí estaríamos juntos»

Una vez más empieza así la conversación.

Te pregunto si no te jode y me dices que sí, pero luego me dices que me has olvidado. Son tan contradictorios tus sentimientos…

Y luego terminas la conversación con un «No te quiero, olvídate de mí, búscate un novio» y me cuelgas.

Me hace tanto qué pensar que me cuelgues tan así de repente después de esas palabras…

Me jode tanto pensar que si no fuera por tu gran coraza estaríamos juntos…

Me jode tanto que a pesar de todo lo que me haces siga queriéndote…

¿Por qué soy tan tonta? ¿por qué aguanto siempre todo esto?

No me lo merezco…

Sigo con mis reflexiones, cada vez con menos sentido, cada vez más confusas, como mis pensamientos.

Entre lágrimas y tristeza…

De verdad, ¿en que te has convertido?

Eras un chico normal, sencillo… y ahora?
¿Qué te ha hecho cambiar? Eres una persona totalmente diferente…

Me dices que has conocido a una chica, estamos media hora hablando de ello y al final me dices que es broma? Con esas cosas no se juegan y tú estas jugando mucho conmigo últimamente y tonta de mí que no te quiere olvidar.

Sigo aferrada a la idea de que puedas volver a ser como antes, de que vuelvas a ser aquella persona a la que tanto quiero. Deja de ser el imbecil en el que te has convertido, porque tú no eres así.

Vuelve a ser el chico humilde, cariñoso, simpático, divertido, apasionado, buena gente… que eras.

Tira al mar tu coraza y vuelve a sentir. No por mí, sino por tí.

Solo tú

Me hablas para presumir de tus lujos, cuando sabes que nunca me ha interesado el dinero, que solo me has importado tú. Me da igual estar en la otra punta del mundo o en mi casa siempre que sea contigo.

De todo lo que me has dicho solo me ha gustado escuchar tu voz.

Ojalá pudiera volver a escuchar tu voz todos los días, ojalá pudiéramos volver a estar juntos, ojalá todo volviera a ser como antes.

Sé que no me has olvidado

Sé que sigo gustándote, sé que no te has olvidado de mí, sé que te gustaría verme, sé que te gustaría besarme… pero la coraza que te has creado te impide todo ello.

En la conversación que tuvimos el otro día por teléfono hablé con tu corazón y con tu mente.

Había momentos en los que me decías: “si viviera allí estaríamos juntos”, “si vinieras aquí iría a buscarte”, “he estado mirando qué me costaría ir allí a verte”…y luego había otros en los que decías: “no voy a bajar a verte”, “no subas”, “no voy a tener una novia a horas”, “búscate un novio, es lo mejor para ti”. Tu mente decía que es lo mejor para mí, pero tu corazón decía no te vayas.

Aquello era un debate entre tu mente y tu corazón, entre lo que quiero y lo que debería.

Te pregunté:

-¿Te importo?

– No (entre risas)

– Sé que mientes

– ¿Entonces para que preguntas?

– Porque quiero escuchar que salga de tu boca un SÍ!!!

Tu coraza no te permitió darme el sí que tu corazón sentía. Simplemente podías reír y hablar todo el rato como si estuvieras de broma, porque esa es tu forma de esquivar los temas serios, esquivar hablar de tus sentimientos. Sé que te preocupas por mí, sé que te importo. Solo cuando tu corazón hablaba era cuando podía escuchar tus verdaderos pensamientos.

Pensamientos que no vas a cumplir, porque tu coraza es más grande que tu corazón.